La madera saligna proviene del eucalipto saligna, una especie de árbol conocido por su durabilidad y versatilidad. Esta madera estructural semidura se distingue por su alta densidad, estabilidad dimensional y facilidad de trabajo, lo que la hace ideal para una variedad de aplicaciones en construcción, especialmente en encofrados y grandes obras.
El encofrado, implica la creación de moldes temporales para dar forma al hormigón mientras se endurece. Estos moldes aseguran que el hormigón tome la forma deseada y mantenga la estabilidad durante el fraguado.
¿Por qué elegir saligna para inicio de obra?
La elección de la madera saligna para encofrados u obradores se basa en su capacidad para adaptarse a diversas formas y tamaños. Esto la convierte en una opción flexible que se ajusta a las especificaciones de cualquier proyecto de construcción.
A pesar de su ligereza, la saligna ofrece una resistencia notable, capaz de soportar las presiones del hormigón sin deformarse ni deteriorarse. Asimismo, es fácil de trabajar, permitiendo cortes y ajustes precisos que garantizan acabados exactos.
Además, al finalizar un proyecto, la madera puede ser reutilizada o reciclada, lo que contribuye a prácticas de construcción más sostenibles.
Tipos de madera saligna para encofrados
En la estructura de encofrado se utilizan diferentes tipos de madera saligna, siendo las más comunes las tablas, tirantes y puntales.
- Tablas de madera saligna
Estas tablas o listones de saligna, generalmente de 1″ de espesor, son utilizadas para formar los moldes que contienen el hormigón fresco. Se emplean en la construcción de superficies planas como losas, muros y columnas. Su resistencia permite que mantengan su forma y no se deformen bajo la presión del concreto.
- Tirantes de madera saligna
Los tirantes, que suelen tener un espesor de 2″, actúan como elementos de refuerzo dentro del encofrado. Se utilizan para dar soporte adicional a las tablas, asegurando la estabilidad del encofrado en proyectos de gran escala como vigas y estructuras complejas. Además, ayudan a distribuir la carga de manera uniforme.
- Puntales de madera saligna
Los puntales, con un grosor de 3″, son fundamentales para soportar las losas y techos durante el proceso de fraguado. Se colocan estratégicamente para asegurar que las estructuras mantengan su integridad hasta que el hormigón haya alcanzado la dureza suficiente. Su resistencia a cargas pesadas y su durabilidad en condiciones climáticas adversas los hacen ideales para este propósito.
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